José Miguel Sobrón
¿Está el mundo preparado para la nueva clase de amenazas que llegan?
Hace ya unos cuantos años que muchos especialistas se enfrentan al reto de actualizar el inagotable arsenal de “nuevos” riesgos a los que nos enfrentamos. Tarea harto difícil por no decir imposible en un momento de cambio como este. La realidad mundial dista bastante de parar de crecer cuando ni menos estabilizarse.
La pregunta del analista y a veces del directivo o gestor es: ¿Cómo se puede hacer frente a algo que sencillamente desconocemos? Es difícil Y lo es básicamente porque esta cambiando el set de reglas básicas. Hace ya un tiempo que para marcar esta diferencia se han acuñado términos como convencional y no convencional. Estas definiciones a veces son más confusas que clarificadoras y es porque claro, al cabo de pocos meses lo que llamábamos no convencional se ha transformado en algo convencional debido a que se ha integrado perfectamente en nuestra respuesta cotidiana.
El quid de la teoría es reconocer que la seguridad está evolucionando a una velocidad que es difícil de ser asimilada por el común de los mortales que nos vemos sobrepasados por tanto cambio conceptual y variada denominación. La realidad cambiante (jamás encontré un termino tan exacto para una situación como la seguridad actual) hace tambalear la mayor parte de todas las teorías concebidas en los últimos decenios. En realidad solo unas pocas son capaces de sobrevivir por lo evidentemente adelantadas a la realidad diaria. Sucede, que algunos de los que han conseguido interpretar de alguna manera esas lecturas han descubierto a la vez que es más rentable entrar en la nomina de los aspirantes a Nostradamus que en la de los simples teóricos de la seguridad. En un mundo tan atado a reglas y procedimientos es fácil caer en la tentación de buscar alternativas a una falta de atención escandalosa sobre las nuevas amenazas que nos rodean y que sin duda van a formar parte de las próximas complicaciones. Es, sin lugar a dudas más simple llamar la atención del editor si lo que cuento entra de lado en la conexión con lo paranormal o suena a ciencia ficción imposible, que si se basa exclusivamente en una interpretación concienzuda y a la vez artística del arte de la guerra, eso desgraciadamente no vende. Reconoceré que siempre llamará más la atención del público en general un titular de libro que conecte la sapiencia de Nostradamus con nuestros egos voraces de saber el futuro, que uno que sencillamente mencione el trabajo de un investigador que se ha dedicado a profundizar en el análisis.
Ahí esta el reto de la mayor parte de los nuevos teóricos de la seguridad ser capaces de innovar y convencer a la vez. La seguridad no es una ciencia perfecta sino mas bien un arte y como buen artista, la vida desde el completo anonimato hasta el reconocimiento es dura y plagada de desagravios abonados de incomprensión y mediocridad. Como no soy teórico, quedo libre de la vida del artista y me limitaré simplemente a intentar explicar qué es lo que esta cambiando en materia de seguridad y defensa que deja perplejos a gran número de dirigentes y lideres en su aproximación a la comprensión del fenómeno actual.
Sucede por un lado que debemos de dejar de buscar explicaciones a lo que ya hace bastante tiempo es un hecho constatable: la seguridad de hoy no tiene nada que ver con la de hace quince años. El camino comienza por intentar seriamente ser más abiertos y dar un paso más valiente en la comprensión de esta nueva realidad. Siempre me ha hecho sonreír este concepto tan anglosajón de “thinking out of the box”. El problema es que por definición no hay “box” desde hace bastante tiempo y algunos todavía ni se han enterado, luego es ya hora de articular otro término que sirva de verdad a nuestros propósitos con más eficacia. A mi me gusta el de piensa en 360 porque básicamente no limita o el más sencillo de abre tu mente. Bueno sin más me intentaré adentrar en la definición de nuestro universo de amenazas para poder vagamente mediante una clasificación por eliminación entender donde nos encontramos.
El analista de seguridad, que normalmente es una persona absolutamente práctica, evita a toda costa perderse en el batiburrillo de lo intangible por dos razones: la primera ganará tiempo al evitar conjeturar en exceso y la segunda evitará ser despedido porque su tremendamente experimentado jefe no quiere tener que estar explicando conceptos que sabe de antemano que su Jefe Ejecutivo no va a comprender o no podrá justificar delante del Consejo Directivo. Somos pues los propios expertos los que empequeñecemos sobremanera la visión de lo que nosotros vemos porque reducimos ex profeso el abanico de lo que presentamos, por lo intangible de lo desconocido o difícil de explicar. Eso hace que la mayor parte de los neófitos acaben convenciéndose del limitado universo en el que nos movemos, lo que se conoce hasta ahora me refiero.
Vamos a explorar el universo real de una forma sencilla. Definamos solo dos dimensiones básicas: Conocido/desconocido y Predecible/Impredecible.
Esto automáticamente define cuatro sectores como refleja la figura. Este es el primer momento de acercamiento al problema ya que de todas las posibles opciones vamos a identificar aquellas que son previsibles. Este será el concepto nexo fundamental que siempre marca nuestra tarea, la capacidad de predecir acontecimientos. A posteriori veremos que lo fundamental no es sólo predecir sino combinar la capacidad de predicción con la capacidad de reacción. Analicemos pues sobre estas dos dimensiones las posibilidades de predecir (con éxito claro está).
Sector 1 Predecible y conocido. Este es nuestro mayor campo de actuación y el que definimos tradicionalmente como “convencional”. No entrare en este momento en el análisis detallado de este sector sino en una mera explicación de las características del mismo para evitar perdernos en el detalle. Incluso siendo el sector más ampliamente conocido de los que vamos a definir, no es ni mucho menos conocido al 100%. Tenemos una idea bastante detallada de su funcionamiento y la mayor parte de sus amenazas se podrían describir como lineales sin cambios de dirección significativos por lo general, hasta 1991, después todo se ha complicado bastante. A partir definitivamente de la caída del muro de Berlín se inicia una serie de procesos cuya tendencia inmediatamente posterior es simplemente incalculable que no impredecible. Desconocemos su dirección y magnitud porque desconocemos lo que podrá controlarlo, la capacidad de reacción. Lo que más nos sorprende de estos fenómenos es su carácter vectorial, su cambio de dirección una vez iniciados por salirse precisamente del área de expectativas previstas no porque nos sean desconocidos sino por la trayectoria inusual o sorprendente.
Sector 2 Impredecible y conocido. Este es el área en la que los fenómenos que se suceden, por la falta de costumbre, nos sorprenden. No hay una ausencia de casos reales simplemente no les habíamos prestado atención o era irrelevantes para nuestro análisis Los conocemos pero hemos llevado a cabo lo que podríamos denominar una análisis de economía de medios y hemos decidido aparcarlos en al área de puede que pero no creo o si yo lo creo no tengo la suficiente base para explicar mi intuición. Es aquí donde empieza a tomar forma la teoría del shock. Ya entraremos en detalle mas tarde en que consiste esa teoría o teorías Aquí podemos encapsular todo aquello que los clásicos denominan Ciencia ficción: Todo aquello que es imaginable por nosotros (por ende es posible, conocido e impredecible) pero que nuestro sentido común o experiencia (raya que define hasta donde puedo llegar defendiendo una opción sin caer en el descrédito social de la comunidad) nos definen como impredecible. No siempre son realmente impredecibles sino inaceptables dentro de los niveles de aceptación general por lo que es más sencillo definirlos así. Aquí somos nosotros mismos quienes decidimos limitar nuestra capacidad de predicción por razones prácticas o simplemente sociales.
Sector 3 Predecible y desconocido. Esta opción demuestra claramente que la capacidad de predicción del ser humano es bastante limitada. No tenemos el control sobre la capacidad de imaginar o no, simplemente no lo podemos conocer. Esto no es realmente cierto en realidad. Seria mejor decir que la mayor parte de nosotros es incapaz de verlo o siquiera imaginarlo. Sí que hay individuos que han traspasado ese nivel y que son realmente capaces de tener una idea aproximada del concepto. Aquí entra la osadía del individuo en juego para ser capaz de romper la barrera del conocimiento actual y ponerlo a disposición del resto, es lo que se viene conociendo comunmente como “descubrimientos”. Es en este sector donde encontramos los visionarios o privilegiados que son capaces de ir mas allá del resto de todos nosotros para presentarnos sus teorías. Para evitar malentendidos, sirva este ejemplo para marcar la diferencia entre los visionarios innovadores (presenta un trocito del área desconocida a los demás) y los literatos de lo impredecible (los que hablan de áreas ya conocidas pero generalmente descartadas por la experiencia o no probadas como válidas). Ambos tienen un mérito incalculable, pero evidentemente diferente en su concepción. No pretendo en absoluto compararlos simplemente definir su área de actuación.
Sector 4 Desconocido e Impredecible. Todo aquello que pasa al lado de nuestra existencia sin siquiera percibirlo y que además la probabilidad de que suceda a pesar de nuestro desconocimiento es mínima. Este es nuestro mayor agujero en materia de seguridad porque sin lugar a duda será el que provoque estupefacción en los que tengan que reaccionar a la amenaza y se trata de minimizar el tiempo de shock, no seremos capaces de eliminarlo pero si de reducirlo. A diario millones de pequeñas cosas nos sorprenden, pero dado que tenemos una capacidad limitada de procesamiento, nuestro cerebro, consciente e inconscientemente la mayor parte del tiempo, se encarga de aparcarlos para poder ser capaz de mantenernos concentrados en tareas bastante mas básicas de supervivencia, como por ejemplo ser capaces de llegar a tiempo al trabajo sin detenerme en cada sorpresa que me encuentro, pragmático ¿no?.
Hasta aquí lo que el Secretario de Estado Robert Gates define estupendamente con sencillas palabras. Lo que sé que sé, lo que sé que no sé, lo que no sé que sé y lo que no sé que no sé. Impactante y sencilla visión, e impactante el coraje de decirlo a pesar de que no es tan obvio como parece.
Nos hace falta un concepto más, que regula imperativamente el desarrollo de cualquier teoría, al menos hoy. Este factor que define la componente tridimensional del estudio de las amenazas, es el tiempo: la escala de tiempo como conocida hasta ahora (no entraré en dimensiones superiores para evitar perdernos sin haber siquiera comenzado, pero hay sin duda otras dimensiones intervinientes). El tiempo hace que valores determinados permuten sus sectores de pertenencia. Es importante recordar que toda amenaza “nueva” acaba integrándose en la colección de amenazas convencionales, es solo una cuestión de tiempo. Y también es importante recordar que no siempre lo desconocido se podía haber previsto solo por conocer su existencia.
El tiempo hace que nuestro universo de amenazas se amplíe como si de un cono se tratara, no solamente lo predecible y conocido aumenta, cada vez que lo hace aumenta en la misma proporción el resto de sectores. Efectivamente la dimensión de aumento no es lineal, no se trata de un cono perfecto sino de una aproximación teórica para intentar aproximarnos a la comprensión del fenómeno.
Todo aquello que simplemente todavía no existe o no ha sucedido es futuro tal y como lo conocemos ahora. Eso significa que los cuatro sectores que hemos definido anteriormente adquieren una dimensión mucho mayor con el paso del tiempo. El crecimiento en la línea temporal aumenta exponencialmente ya que hoy somos incapaces de regular o controlar el devenir de los acontecimientos en la línea del tiempo, no se puede parar. Probablemente llegará el día en el que sí que sea más factible andar por esa línea de tiempo, pero no lo hemos podido demostrar aún en el terreno de lo práctico. Por mucho que nos empeñemos la función que define la relación entre el paso del tiempo y el crecimiento de cada sector nos es desconocida, no sabemos de su magnitud. Si algún día llegamos a ser capaces de demostrar que efectivamente hay funciones que definen estas áreas de conocimiento, seguramente no serán funciones simples, pero eso esta todavía por ver.
Es importante no olvidar que lo que presento es un constructo teórico, se trata simplemente de un modelo visual que nos ayuda a comprender el concepto, es decir la realidad no tiene porque ser de esta manera y evidentemente puede ser absolutamente asimétrica (palabra mágica que define áreas de reducido/limitado conocimiento). En este punto defino la asimetría como matemáticamente se hace asimetría: que no es exactamente igual en dos partes presupuestas idénticas. No soy capaz de definir el nivel cuantificado de asimetría, eso está todavía lejos de mi capacidad de análisis y predicción. Lo importante de esta asimetría no es la cantidad sino la capacidad que nos da de dejar el espacio entreabierto a nuevas opciones, ese es el verdadero valor de la asimetría, nos permite asumir otros constructos sin tener que permanentemente asumir errores en la verificación de nuestras hipótesis. Básicamente es una pequeña trampa para ganar tiempo.
Hasta ahora nada nuevo bajo la capa celeste. Bueno lo nuevo es que somos capaces de no aturullarnos entre tanto concepto y que hemos intentado simplificar o limitar la presentación de las amenazas de una forma un poco mas visual.
¿Cual es la motivación para organizar las amenazas de esta manera?, primero comprenderlas mejor aunque las desconozcamos inicialmente y segundo ser capaces de preparar una reacción más normalizada con un plan mucho mas abierto a impensables y que no se deje intimidar por la situación.
Próxima tarea
Después de haber definido someramente cuales sin las diferencias básicas entre las amenazas actuales- recordar que se trata exclusivamente de un modelo de comprensión- el siguiente par de pasos pueden ser como siguen: Catalogar cada sector (y merece la pena el esfuerzo compilatorio) y desarrollar las técnicas básicas que nos conduzcan a una mejor solución de los problemas que se nos plantean.
Verdaderamente necesitaremos un grupo de expertos que sean capaces de destripar en detalle cada sector. Las tareas compilatorias son de por si aburridas y tediosas, salvo que el equipo sea lo suficientemente polifacético como para poder combinar diferentes puntos de vista.
Antes de entrar en materia deberíamos analizar cual es la base de los errores de método que se llevan a cabo hoy en día.
Nueva York, Enero de 2009